by tatoEl sexagenario historietista ve con temor que los mayores de edad sean público de las películas de Marvel y DC.
Autor de aclamadas novelas gráficas como Watchmen, V for Vendetta y The League of Extraordinary Gentlemen, Alan Moore es uno de los mayores responsables de tergiversar en los cómics la concepción tradicional de los superhéroes y los justicieros enmascarados. Por otro lado, ha sido también un crítico sumamente inconforme con las adaptaciones fílmicas de Superman, Batman y demás personajes de los impresos. En otra ocasión, Moore incluso hablaba de tales películas como la ruina del cine y la cultura. Pero recientemente, el escritor fue más lejos y se refirió a ellas como el germen de una pasión desmedida que puede repercutir en la sociedad de formas muy peligrosas.
Recientemente, The Guardian publicó una entrevista con Alan Moore en la que éste arremetió contras las películas de superhéroes; o mejor dicho, contra el público adulto que a la fecha sigue llenando las salas de cine para disfrutar las últimas entregas de los universos Marvel y DC.
“Cientos de miles de adultos hacen fila para ver personajes y situaciones que se crearon para entretener a los niños de 12 años —y siempre eran niños— de hace 50 años”, enfatizó Moore. “Realmente no pensé que los superhéroes fueran cosa de adultos”.
A su parecer, estas cintas no son más que una “infantilización” que siembra ideas superficiales sobre cómo funciona el mundo o cómo debería ser, lo cual —en la mente de alguien mayor de edad— “muy a menudo” cimenta el camino hacia una ideología fascista.
“Dije alrededor de 2011 que pensaba que habría implicaciones serias y preocupantes para el futuro si millones de adultos hacían cola para ver las películas de Batman”, recordó el autor. “Porque ese tipo de infantilización —ese impulso hacia tiempos más simples, realidades más simples— muy a menudo puede ser un precursor del fascismo”.
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Moore asimismo apuntó que en 2016, cuando Donald Trump triunfó en las Elecciones Presidenciales de Estados Unidos (en sus palabras, “un desvío un poco extraño en nuestra política”), muchas de las películas más exitosas de aquel año fueron justamente de superhéroes.
Por otro lado, él reconoce que su obra —particularmente Watchmen— es en parte culpable de que en la década de los 80 surgiera la creencia de que los cómics sobre vigilantes con superpoderes habían superado aquella infantilización. Alan Moore piensa que tal creencia resulta ser un “malentendido”.
“Había una gran cantidad de titulares que decían: ‘Los cómics han madurado’. Tiendo a pensar que no, que los cómics no maduraron. Hubo algunos títulos que eran más adultos de lo que la gente estaba acostumbrada. Pero la mayoría de los títulos de cómics eran más o menos los mismos de siempre”, agregó el prominente escritor. “No fueron los cómics los que maduraron. Creo que fueron más los cómics que se encontraron con la edad emocional de la audiencia que venía por el otro lado”.
