«Cars 3»: a máxima velocidad

author image by tato | Cine | 0 Comments | 13 Jul 2017

El Rayo McQueen ahora tiene como adversario a un velocísimo prototipo, que le plantea el retiro.

Rayo McQueen reflexiona sobre su propia mortalidad. Después de diez años de reinar en el circuito de alto rendimiento, se encuentra un poco baqueteado. De pronto se le hace difícil superar a una nueva generación de autos de competencia con más potencia que escrúpulos que, liderados por el arrogante Jackson Storm, lo hacen pensar seriamente en retirarse del deporte que lo ha coronado triunfador tantas veces. Toma un minuto leer esta sinopsis, pero les llevó seis años a los artistas de Disney-Pixar dibujar este escenario, que es el que encontrarán los espectadores de Cars 3.

Resulta que a McQueen le pasa lo mismo que a los corredores de carne y hueso, los del NASCAR por ejemplo, que fueron vitales con su asesoramiento a la hora de construir esta película animada. “Son atletas y como en todos los deportes se van poniendo grandes, le llegan competidores con más energía y tienen que empezar a replantease el futuro”, dice el productor de Cars 3, Kevin Reher, para quien lo más difícil de solucionar, en términos técnicos, fue el barro. Los autos pasan un buen rato empantanados y ése fue un desafío que hasta ahora los genios de Pixar no habían tenido que enfrentar.

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Volviendo a la crisis existencial del protagonista, es profunda y requiere que los viejos amigos del campeón traten de sacarlo de la depre, y que el nuevo dueño de su escudería le ponga una joven entrenadora latina, Cruz Ramírez, que no lo dejará ni a sol ni a sombra. En su crisis, el Rayo volverá a escuchar las palabras de su mentor, el fabuloso Hudson Hornet -otra vez en la voz de Paul Newman como en la primera, gracias a un trabajo de edición de archivo y al permiso de su familia- y empezará a entender que quizás el futuro pase por convertirse él mismo en un mentor de jóvenes corredores. Quizá de la joven Cruz. ¿Por qué no?

No es una mala idea para presentarle a la cabeza de Pixar, John Lasseter, que dirigió las dos primeras Cars en 2006 y 2011, cuando llama a su oficina y dice que después de trabajar en la saga desde el comienzo, hoy “te vas a vestir de héroe” porque te toca convertirte en el director de la tercera. Eso es lo que le pasó al director Brian Fee.

“Salí de la reunión con ganas de encontrar una habitación donde nadie me escuchara para ponerme a gritar. Fue impresionante. Luego comencé a preguntarle cosas a los otros directores, hice un curso acelerado y todo empezó a ponerse en su lugar”, le cuenta Fee a Clarín en Anaheim, cerca de donde Disney tiene en uno de sus parques un espacio dedicado al Rayo y sus amigos de Radiator Springs.

¿Cómo encontrás el significado en la vida si solo tenés una pasión, una sola cosa que te interese?, se pregunta el director. “De esa búsqueda precisamente se trata la película. Además de darnos la oportunidad de tocar el tema de las mujeres en el circuito, que son muy pocas y no es casualidad”.

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A Fee, que tiene dos nenas de 8 y 11 años, le enorgullece poder mostrarles que cuentan con las mismas posibilidades, que no tienen que sentirse menos. “No quiero que piensen que hay ciertas cosas que sólo son para varones”, argumenta. Girl power a full.

Una tendencia que se asienta en la pantalla grande. Pero en eso tanto el director como el productor se pondrán de acuerdo en que llevan ya más de tres años trabajando con esta protagonista mujer, Cruz Ramírez (que al principio habían imaginado varón), más o menos al mismo tiempo en que se desarrollaba Moana e incluso Mujer Maravilla.

“Es una gran coincidencia”, dicen. “Nosotros queríamos mostrar a Cruz como un pez fuera del agua en un deporte dominado por hombres. No sabíamos lo que estaban haciendo los otros. La historia nos llevó ahí”.

Otro punto que al director le resultó muy importante fue el de poder “revivir” no sólo al personaje de Doc Hudson, el mentor del Rayo, sino también al hombre que le había puesto la voz en la primera Cars, el actor Paul Newman, quien murió en 2008. Y es obvio que hizo eso inspirado por el respeto y el amor que siente su jefe, John Lasseter, por el actor.

Lasseter ha dicho que Newman, en Cars, le dio clases sobre automovilismo, ya que ésa era su auténtica pasión. Muchas de esas charlas entre toma y toma fueron grabadas y sirven ahora para revivir a dos leyendas.

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Pero en la trama, Rayo deberá ir a buscar al mentor de su mentor, Smokey, para terminar de entender qué es lo que debe hacer para superar el obstáculo que le están poniendo esos autos superdinámicos y veloces, entrenados en simuladores de última generación como los que tienen los chicos de 15 en sus habitaciones, aún sin haber manejado nunca un auto de verdad.

Cuenta Brian Fee que antes de dirigir la película probó correr en un auto del NASCAR, “como copiloto” aclara, y que esa adrenalina le sirvió de inspiración para recrear con las herramientas que disponen los animadores eso que se siente estando ahí, escuchando en vivo el ruido atronador de los motores.

“Nuestro mayor desafío en Cars 3 fue no repetirnos y encontrar una buena historia. Las emociones tenían que estar ahí. Esos técnicos maravillosos con que contamos iban a saber cómo hacer lo que les pedimos”. Y aclara Fee que Lasseter, el jefe que le dio el encargo, quedó tan contento con el resultado como sus dos hijas.

A la cabeza de la nueva generación de autos rápidos de Cars 3, Jackson Storm va a convertirse rápidamente en la némesis de Rayo McQueen. Es largo, ultradinámico y está acostumbrado a usar simuladores con tecnología de avanzada para recorrer las pistas del mundo. Está construido para ser imbatible.

“Los nuevos autos de la franquicia son veloces, más inteligentes y lindos. Pero no tienen el mismo espíritu, es pura técnica, pero les falta mística”, dice el actor Armie Hammer, encargado de ponerle la voz a Storm en su versión original.

La comediante latina de stand up Cristela Alonzo anima a Cruz Ramírez, la instructora de McQueen experta en simuladores, que en realidad esconde a una corredora frustrada por el bullying y la falta de oportunidades en un deporte manejado por hombres. “Me gusta que una vez en la pista de carrera ya no importa si sos hombre o mujer, sino lo bueno que seas. Que gane el mejor. Es el mejor mensaje” asegura.

El director Brian Fee dice que se enamoraron del nombre y que si empezaron con un instructor, le cambiaron el sexo, pero dejaron que se llamara Cruz Ramírez. Con una mujer, y latina, tratando de entrar en un deporte donde no abundan, dicen que les empezó a cerrar mejor. Sólo tuvieron que dibujar distinto a Cruz. Cuando era varón sus líneas eran más angulares y parecía un levantador de pesas. La redondearon, como a la altura de las caderas,

Aunque es la tercera vez que le da la voz a Rayo McQueen, a Owen Wilson no deja de asombrarlo cómo los animadores copian el movimiento de los ojos y le infunden “algo humano, invitante” de sus expresiones.

“La idea de que todos necesitamos apoyo, esa noción de comunidad, del todos para uno y uno para todos sigue pareciéndome magistral”, dice el actor. “Soy mentor de mis hijos y es excitante que escuchen el mensaje de la película”. Y aclara que el suyo fue James L. Brooks.

Confiesa que le dolió a él también cuando en la primera de cambio, empezando a ser desafiado por Jackson Storm, McQueen se pega un palo de aquéllos, bastante parecido al que terminó con la carrera de su mentor, Doc Hudson.

El accidente dura 24 segundos, pero los animadores trabajaron para que el espectador se sienta dentro de ese auto. No mirándolo desde afuera, comenta el director de fotografía Jeremy Lasky, sino girando con él.

Ese momento es crucial en Cars 3. A partir de ahí el protagonista debe decidir si quiere seguir llevando con orgullo el número 95 o pasarlo a un sucesor. Mientras decide su destino, el auto va cambiando de fisonomía. Y uno no sabe si volverá a lucir en todo su esplendor, pero queda claro que aunque esté pensando en jubilarse, hay McQueen para rato.

 

Fuente: Clarin